Randa

En lima hay una avenida que se llama Tacna, en esa avenida se levanta un puente y debajo del puente el gran desagüe de lima: el rio Rímac; al lado, tendido junto a las aguas, un vetusto testigo mudo de sudores, de crímenes, de cargamentos de hierro y metal preciosos calentándose en verano y enfriándose en invierno. Cerca de este testigo que todos llaman el riel, un cuartito que sirve para guardar las piezas viejas del ferrocarril. Yo desde niño viví allí, por lo menos desde que tuve uso de razón. Después de cada jaleo regresaba a mi hogar, si es que se puede llamar hogar a un lugar sólo para dormir.

Algunos adultos dicen que soy randa, así me llaman desde que tenía siete años, ahora tengo once y dentro de poco tendré doce. Han pasado varios años y cada trescientos sesenta y cinco días han sido como un lustro. Me escondo de la gente para que no sepan que soy yo y dejen de acusarme. Lima, ciudad de reyes de la mierda, siempre te pintas de gris; tienes muchas ratas,  ya no me gusta estar aquí y a veces de tanto barullo prefiero salir de noche.

Te diré que soy pertinaz y me encanta la molicie.como a todos a ti también te gusta, de esto estoy seguro, mas no lo dices porque temes verte cruel y ser un randa más.

Que dónde están mis padres? Si lo supiera estuviera con ellos tenlo por cierto, ¡vaya que los echo de menos ¡ Tuvo que haberles pasado algo porque no entiendo que puedan haberme dejado en este lugar inhóspito lleno de cucarachas y de miasmas.

No te imaginas cuantas veces he intentado escapar de esta ratonera pero la fiera de dos patas me empujó hasta aquí. En su jungla cree que lo sabe todo, por eso es altanera y soberbia. Ni siquiera se da cuenta de mi dolor, sólo sabe cuando estoy a su lado para apartarme de ella.

Comoquiera que a esa bestia no puedo pedirle nada, tengo que arrebatársela, por eso me llaman randa, porque pido prestado.

Trescientos sesenta y cinco días y sigo convirtiendome en uno de ellos, tengo miedo, no quiero ser adulto, qué puedo hacer para evitarlo? Ojalá el tiempo pudiera hacer una excepción en mí y detenerse, como lo hizo con Oscar aquel chaval de la novela que decidió no crecer más a la edad de tres años.
Ojalá estuviera en mi crisálida, mataría este gusano para después tener alas y volar; cruzaría el charco y me iría lejos, llegaría a mi tierra donde la morcilla y el vino son manjares, donde las hojas son multicolores, donde la niñez es un lujo. Sí, en mi tierra la vida es diferente; las calles son de piedra, las construcciones son romanas, allí, junto a la estufa mi padre me contaba cuentos moros, mi madre cocinaba el chocolate en invierno y los chavales esperábamos a que llegue la navidad para que venga el regordete de barba blanca. ¡Qué días aquellos, no queda más que un mogollón de recuerdos!!

escucho ahora un rugido y no es el de la fiera sino el de mi estómago que tiene hambre.
A dos cuadras de aquí puedo conseguir algo para comer hay un lugar donde puedo conseguir algo, es necesario que me prepare y me haga de una buena compañera de metal para ahuyentar a algún incauto que ose perseguirme. El vaquero que llevo puesto no me queda muy bien se lo birle a un distraído turista paisano mío, los tenis ya tienen las suelas gastadas; la gorra, el viento me hizo el favor y la arrebató por mí. Debo parecer lo más decente posible de lo contrario sabrían que soy yo.

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Estoy parado sobre el puente y apoyado en sus balaustres, desde aquí puedo ver todo el tramo que he subido renqueando, al costado de la pequeña cuesta, el agua sucia sigue corriendo igual que hace cuatro años como cuando recién llegué y era un crio inocente. Todavía hoy sigo hurgando mis bolsillos esperando encontrar alguna castaña como la encontraba en mi vieja navarra. Nuevamente el miedo se apodera de mí. Ir hasta la tienda, rodear por espacio de cinco minutos a mi presa, salir corriendo y esconderme con la mercancía bajo el jersey. Regresar a casa con las piernas trepidantes y luego saborear de lo que ha quedado y si no es suficiente? Tendría que regresar pronto, pero ya me estarían esperando entonces cambiaría el camino, idearía nuevos trucos, esto es todos los días.